Necrópolis Etrusca de La Banditaccia, Cerveteri - Lazio

Las necrópolis de Cerveteri y Tarquinia, incluidas en 2004 en la World Heritage List de la UNESCO, son un testimonio único y excepcional de la antigua civilización etrusca, la única civilización urbana de época pre-romana en Italia.

Los frescos del interior de las tumbas – auténticas reproducciones de casas etruscas- representan la vida cotidiana de esta cultura desaparecida. Los mismos túmulos son reproducciones de tipologías de edificios que no existen en ninguna otra forma.

Las dos necrópolis de Lacio septentrional, fieles réplicas de los sistemas urbanísticos etruscos, se encuentran entre los primeros ejemplos de núcleos sepulcrales existentes en Italia. LaNecrópolis de la Banditaccia de Cerveteri se ha desarrollado a partir del siglo IX a.C. y fue ampliada a partir del siglo VII siguiendo un plan urbanístico concreto. Muy parecida es la historia del desarrollo de la Necrópolis de los Monterozzi de Tarquinia.

 Cubre una zona de cuatrocientas hectáreas, de las que pueden visitarse diez, abarcando un total de mil tumbas a menudo ubicadas en unos túmulos característicos. Es la necrópolis antigua más grande de la región mediterránea. El nombre Banditaccia viene del préstamo (bando) de zonas de tierra a la población de Cerveteri por parte de los terratenientes locales.

Las tumbas decoradas de  los nobles, así como las más sencillas, son los únicos y extraordinarios testimonios de vida cotidiana, ceremonias, mitología y capacidades artísticas del pueblo etrusco.

Los etruscos habitaron en la Italia centro-occidental, entre Toscana y Lacio, a partir del siglo IX a.C. y su cultura alcanzó el punto álgido en el siglo VI a.C., antes de desaparecer definitivamente bajo la civilización romana con la que en parte se fundió.
No existe aún una respuesta definitiva a las preguntas de los estudiosos sobre los orígenes de esta población. Es cierto que ni en Europa ni en Asia existe rastro alguno de ninguna comunidad con las mismas características étnicas y sociales.

Las tumbas van desde el siglo IX a. C. (Periodo Vilanovio) hasta la edad etrusca tardía (siglo III a. C.). Las más antiguas tienen forma de pozo, en las que se albergaban las cenizas de los muertos; también hay simples cuevas.

Des periodo etrusco hay dos tipos de tumbas: los montículos y las llamadas "dados", siendo estos últimos simples tumbas cuadrangulares construidas en largas hileras a lo largo de "carreteras". El área que se puede visitar contiene dos de tales "carreteras", la Via dei Monti Ceriti y la Via dei Monti della Tolfa (siglo VI a. C.).

Los Dados
Los Dados

Los montículos son estructuras circulares construidas en toba, y los interiores, excavados en roca viva, albergan una reconstrucción de la casa de los muertos, incluyendo un corredor (dromos), un salón central y varias habitaciones. El conocimiento moderno de la vida cotidiana etrusca deriva en gran medida de los numerosos detalles decorativos y hallazgos de tales tumbas. El más famoso de estos montículos es la llamada Tomba dei Rilievi (Tumba de los Relieves, siglo III a. C.), identificada a partir de una inscripción como perteneciente a un tal Matunas y dotada de una excepcional serie de frescos, bajorrelieves y esculturas que retratan una larga serie de herramientas de la vida contemporánea.

Es accesible a través de una larga escalera excavada en la roca que conduce a una gran sala con un techo que apoya en dos columnas con capiteles eólicos. Incluye 13 nichos funerarios matrimoniales de estuco decorado con cojines rojos, objetos de uso doméstico y animales, un auténtico pedazo de vida cotidiana de una familia acomodada etrusca.

Las tumbas más recientes datan del siglo III a. C. Algunas de ellas están marcadas por cippi, que son cilíndricos para los hombres y con forma de casita para las mujeres.

La Necrópolis de Cerveteri
Las tumbas de las dos necrópolis presentan características muy distintas entre ellas, tanto en lo que se refiere al período como al sistema de sepultura. El vasto yacimiento arqueológico de Cerveteri cuenta con miles de ellas. Organizadas urbanísticamente como una ciudad con calles, plazas y barrios, su tipología varía dependiendo del período histórico y del estatus de la familia a la que pertenecían.

Entre los ejemplos más representativos de este tipo de construcción destacan la Tomba dei Vasi Greci, del siglo VI y accesible a través de un pasillo que imita un tempo etrusco; la Tomba della Cornice dispone de un acceso en subida que forma un breve camino desde el que se abren dos estancias “menores” con numerosas losas fúnebres, el pasaje conduce a una amplia estancia central a la cual se asoman las tres cámaras funerarias principales; la Tomba dei Capitelli debe su peculiaridad al techo plano que reproduce fielmente el de las habitaciones con una estructura de vigas y caña.

Los numerosos turistas que cada año vistan las necrópolis a menudo llegan a las localidades del alto Lacio, durante su estancia en la Ciudad Eterna, Roma, o bien provenientes de Toscana o de las Termas de Viterbo. La zona, además, se caracteriza por una rica tradición gastronómica y vinícola y ofrece a los viajeros y turistas la oportunidad de degustar  platos y productos típicos como el vino Cerveteri DOC o el aceite de oliva DOP Canino, así como numerosas ocasiones de entretenimiento en el período de fiestas. 

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